Dicen que el tiempo pasa rápido, y tanto si lo hace...y es que tal día como hoy, veinte años atrás, se acababa de gestar uno de los films más memorables dentro del género. Ciertamente creo que no han habido muchos más metrajes posteriores de origen español que hayan sabido absorber y hecho delirar tanto al espectador…efectivamente, hablamos de “Airbag”.
La película, dirigida por Juanma Bajo Ulloa y protagonizada por Karra Elejalde (sí, el padre gruñón de “Ocho apellidos vascos”) se estrenó en el año 1997. Con el fin de realizar una comedia de calidad y un presupuesto de 3 millones, la productora (Canal + y TVE) recaudó más de 7 millones de €, y bien merecidos teniendo en cuenta la satisfacción con que la gente se levantaba de la butaca, consciente de que el buen humor, sin filtros, cargado de tintes surrealistas y alejado de todo lo estereotipado, era aún factible en una industria cinematográfica nacional con mucho que decir y poco que demostrar. Quizás fuera eso por lo que la academia premió a la película con dos Goyas, al mejor montaje y efectos especiales, así como una nominación al mejor actor revelación (Manuel Manquiña).
Completaban el reparto actores de la talla de Fernando Guillén Cuervo, Alberto San Juan, Rosa María Sarda y Santiago Segura, artistazos que sin duda hicieron (y hacen) algo más que amenizar las dos horas de metraje de Airbag.
Argumento:
Juantxo (Karra Elejalde) es un joven de clase alta, recién licenciado en abogacia y con un magnífico trabajo, que se casa con una chica guapa y rica. Mientras celebra su despedida de soltero en un prostíbulo, el chico pierde el anillo de compromiso y se ve obligado a buscarlo junto a sus amigos Paco y Konradín.
Influenciada por Tarantino y las road movies norte- americanas, Airbag constituye un viaje vital en coche, que recorre un camino cada vez más decadente, marcado sobre todo por la autodestrucción, el vicio, la corrupción, la violencia y la ruptura con la vida burguesa convencional de una sociedad española muy esquemática.
Cada detalle está sin duda cuidado al milímetro, dándole a la totalidad de la película un fondo y un contenido muy interesante, repleto de escenas y diálogos míticos adulterados por sustancias que quedarán en el recuerdo de muchísimos amantes de la comedia para la posteridad.
Por Raimon López