Visionar una película puede resultar ser una ardua tarea, siendo esta en muchos momentos tediosa, molesta, repleta de sinsentidos y portadora de un mensaje con el que puede estarse en disconformidad. Seguramente este haya sido el caso de muchas personas al ver este largometraje, significativo como pocos y auténticamente revelador en cuanto al tema tratado; me refiero a “El escándalo de Larry Flynt”.
Esta gran película, basa íntegramente en hechos reales, versa sobre la socialización en Estados Unidos de un sector tan tabú como es el de la pornografía y todo lo que esto conlleva: mediatización de la sexualidad, ruptura de los esquemas establecidos por el cristianismo, fricción con el conservadorismo, debates y prejuicios, etc. Y lo hace mediante la biografía de una figura real y muy controvertida de los 80 en los EUA de un hombre llamado Larry Flynt, creador y director de la revista pornográfica “Hustler”, la más dura y polémica de América y probablemente del mundo.
El largometraje, dirigido por Milos Forman y estrenado el año 1996, de bien seguro que no dejará indiferente al espectador, que para bien o para mal sentirá su sensibilidad gravemente alterada.
El papel protagonista será interpretado por un magistral Woody Harrelson (Larry Flynt), acompañado de la cantante y artista Courtney Love (Althea Flynt) cuya interpretación de yonqui y mujer de Larry es más que soberbia teniendo en cuenta los propios y parecidos problemas que la propia Courtney tuvo en la vida real (época en que muere su pareja Kurt Cobain). El reparto lo termina de adornar un joven pero acertado Edward Norton, que hará de abogado inseparable del matrimonio Flynt.
El largometraje, dirigido por Milos Forman y estrenado el año 1996, de bien seguro que no dejará indiferente al espectador, que para bien o para mal sentirá su sensibilidad gravemente alterada.
El papel protagonista será interpretado por un magistral Woody Harrelson (Larry Flynt), acompañado de la cantante y artista Courtney Love (Althea Flynt) cuya interpretación de yonqui y mujer de Larry es más que soberbia teniendo en cuenta los propios y parecidos problemas que la propia Courtney tuvo en la vida real (época en que muere su pareja Kurt Cobain). El reparto lo termina de adornar un joven pero acertado Edward Norton, que hará de abogado inseparable del matrimonio Flynt.
Esta historia suscita un gran debate hacia el cuestionamiento de las libertades de expresión frente a la censura y las fronteras de la moralidad y la ética en un Estado cuya primera enmienda hace referencia a la protección primordial de las libertades del ciudadano. Y es que Flynt, provocador y responsable directo de las publicaciones de su revista, consistentes en desnudos de mujeres juntas, orgías, poligamia, genitales, caricaturas sexuales de cuentos infantiles, parodias de políticos, y un largo etcétera., será perseguido, censurado y encarcelado a lo largo de toda su existencia por desorden público y supuesto desacato a la autoridad. Hecho que debería hacernos replantear el orden establecido por una sociedad americana profundamente conservadora y repleta de prejuicios que poco ha cambiado a día de hoy, negándose en múltiples ocasiones a dar voz a quien diverge de los cánones y patrones oficiales del sistema, aunque este tenga un claro pero obviado público amplio, tildándole de “excesivo”, ¿excesivo para qué? ¿Para quién? ¿Por qué el estado americano no deja que el propio ciudadano, valioso por su criterio, pueda decidir por sí solo qué es lo que le conviene individualmente y lo que no?
Fragmento de la película (discurso del sexo y la guerra, por Larry Flynt):
Fragmento de la película (discurso del sexo y la guerra, por Larry Flynt):
Por Raimon López