RESEÑA (ARRIVAL: LA LLEGADA)


Del Director Denis Villeneuve (Sicario, Prisioneros...) llega su último trabajo. Una maravilla me veo obligado a decir, fabulosa, una lástima que no se llevara él óscar a mejor película aunque el mérito realmente lo tenga el autor original de la obra del cual hablaré más adelante; realizar una adaptación de un texto sumamente corto como es el caso no es tarea fácil, sin embargo me quedé impresionado con el resultado, y lo que es más increíble, toca un tema que había tratado recientemente en mi carrera, y es la idea de poder ampliar nuestros horizontes linguísticos y reconfigurar nuestro cerebro (la hipótesis Sapir-Whorf) que creo sería conveniente explicar para comprender un poco mejor lo que se nos plantea con la historia de Arrival: La Llegada.


La película está inspirada en un relato ficticio de Ted Chiang titulado "La Historia de tu Vida", quien juega con la idea fantástica de un destino escrito e inevitable y su conocimiento dentro de un marco científico, a través de la física cuántica y en especial, la lingüística. Se nos hace patente una defensa de la existencia de “Relatividad lingüística”, esto es, una variedad de pensamientos que viene dada por las diferentes lenguas existentes. Partiendo de la base del “modelo computacional” como herramienta pragmática, según la cual todos nosotros estamos programados y nos desenvolvemos en base a unas reglas, hay evidencia implícita que no nos damos cuenta que es meramente fáctica, datos indiscutibles, las lenguas que abarcamos, etc. Incluso los experimentos mentales guardan un papel importante; ahora los lingüistas creen poder llegar más allá, hasta conocer el futuro, aun siendo imaginable es casi improbable que se produzca esa contingencia; tenemos situaciones que se nos dan y otras que no, empero éstas últimas basta con imaginarlas para formular nuestras palabras y juicios, así emerge la ciencia ficción como alternativa a la realidad.

El autor Chiang en su relato nos demuestra lo conformistas que llegamos a ser a nivel lingüístico, y sin embargo lo fácil que es desconcertarnos cuando no logramos nuestro propósito de universalizar el lenguaje, más que lenguaje humano parece que tenemos que hablar de lenguaje artificial, como un sistema de redes que se impregnan en nuestro pensamiento y por ende condicionan nuestro modo de hablar, nuestras palabras; somos maquinas que han sido programadas para comprender, saber interpretar…y que aun así nos limitan, nos impiden ser abiertos de mente; porque como diría el filósofo John Searle: "Las manipulaciones de símbolos formales por sí mismas carecen de intencionalidad; son bastante carentes de sentido; ni siquiera son manipulaciones de símbolos, ya que los símbolos no simbolizan nada. En la jerga lingüística, sólo tienen sintaxis pero no semántica. La intencionalidad que parecen tener las computadoras sólo está en las mentes de quienes las programan y de quienes las usan: los que envían la información de entrada y los que interpretan la información de salida".



Las redes no dejan de ser maleables y configurables de cualquier manera, lo cual nos es útil para aprender de la experiencia, y nos resultaría interesante averiguar cuan permeables somos ante el lenguaje, el medio en que pensamos y nos desenvolvemos, etc. El hecho de que pensemos de una manera, aunque a veces creamos que es autónoma, es debido a hábitos preconcebidos, los practicamos y la lengua habitúa a pensar en función de unos esquemas. La idea de “adiestramiento del lenguaje” requeriría de una concepción de antemano de él, de una habituación preconcebida, no tenemos estructuras fijas, se van constituyendo por hábito o repetición de varias de ellas y las configuramos a medida que se nos inoculan mediante la propia lengua natural. El mundo que habitamos se construye acorde a nuestros hábitos, hay que tener en cuenta que la relatividad del mundo que vives tú no puede ser la misma que vivo yo, estamos habituados a pensar el mundo de una manera, a clasificarlo, a juzgarlo… pero también tenemos la posibilidad de salir de nuestros mundos habituales y pensar otros; eso no quiere decir que tengas que abandonar tu propia noción de la realidad en un sentido tan extremo como plantea Chiang, sino que puedes rebatir, dudar, cuestionar...teniendo ahora también cavidad la imaginación: cualquiera de los pensamientos que somos capaces de concebir, abarcan una gran cantidad de información, cuando tratamos de comunicar un pensamiento a otra persona, el alcance de nuestro habla es demasiado lenta y solo almacenamos una pequeña parte del mensaje en forma de palabras.

SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la tram Ver todhttp://cavernagrafica.es/wp-content/uploads/2016/11/SOYL_D037_10433_R_rgb.jpg



Desde un primer momento, nuestra protagonista, una doctora en linguística (interpretada por la excelentísima Amy Adams) intenta comprender el patrón de los extraterrestres y, de algún modo, llevarlos a su terreno, pretende poner en práctica un método de descubrimiento monolingüe, una interpretación radical, un universalismo lingüístico, sin embargo se topa con incontables sorpresas. La lingüista logra averiguar que se comunican de una forma totalmente diferente a la nuestra, a través de lo que llama “semagramas”. Su lenguaje no representa el habla como sucede con la mayoría de los lenguajes humanos, sino que funciona a través de una especie de avanzada síntesis visual y lo único que en los sistemas humanos es ligeramente parecido son las matemáticas o los lenguajes de música y danza. Todos los investigadores, formados por parejas de lingüistas y físicos (entre los que se encuentra el actor Jeremy Renner) empiezan a comunicarse para intentar lograr un intercambio de conocimientos científicos. Así empiezan a darse cuenta de cómo la física funciona de manera diferente para ellos. La clave está en cómo la física para los humanos es profundamente causal, sin embargo no era así para estos extraños seres, para quienes el efecto era el que permitía conocer la causalidad, con lo cual se entraba en algo no lineal. Mientras que ellos percibían simultáneamente, eran capaces de ver la intención que subyacía, la teleología de los acontecimientos. A partir de este hecho, su lenguaje realizado con los semagramas tampoco era lineal y su conocimiento alteraba la percepción de quien llegaba a conocerlo, como nuestra protagonista, permitiéndole tener una visión no lineal, temporal; de algún modo su mente ha sido manipulada hasta el punto que llega a conocer su destino.


Se lleva la imaginación a un nivel inconmensurable, nuestra protagonista que hasta ahora confiaba plenamente en sus dotes y habilidades lingüísticas, en el instante que se pone frente a frente con los alienígenas, sus esquemas se echan por tierra, ese don de poder ver el futuro, se podría interpretar, al menos por mi parte, como una apertura a la posibilidad de cambio, ahora que nos damos cuenta que existen otras especies que emplean un patrón del lenguaje distinto, no podemos hablar de Verdad Absoluta; este sorprendente descubrimiento genera un pavor por poder alterar nuestro futuro y con ello nuestra forma de pensar, suena un tanto exagerado, pero yo lo concibo así. Chiang no habla de la concepción tradicional del Destino que nosotros tenemos, nosotros cuando hablamos acerca del destino, aludimos a una cadena de actos inevitables y sucesos sin regresión, que hemos de acatar y aceptar cuanto antes porque así nos irá mucho mejor, dicho de otra manera, limitarse a “mirar la vida pasar”; yo soy de los que se apoya en lo contrario, precisamente en lo que el autor nos trata de dar a entender en su texto, que puedes volar, ampliar tus horizontes sin ningún tipo de impedimento.


 

 
Puntuación: 8,5/10