Realizar la tercera parte de una trilogía es complicado. Es una
ardua tarea el estar a la altura teniendo unas cualidades previas, con un tono
y personajes ya establecidos y sin embargo sorprender y dar un broche final a
la historia.
Hay films que han tenido un
cierre perfecto, como Toy Story 3 o Indiana Jones y la Última Cruzada (porque
todos asumimos que ese plano final al atardecer no daba cabida a calaveras de
cristal, ¿verdad?, ¿VERDAD?).
Y luego está ese purgatorio de
terceras partes que más de uno ha querido olvidar de su imaginario como El
Padrino 3, Spider-Man 3 o Piratas del Caribe: En el Fin del Mundo.
Rupert Wyatt sorprendió a
muchos con El Origen del Planeta de los Simios, bajo la carcasa de blockbuster
nos encontrábamos con una película reflexiva de ciencia ficción sobre la
humanidad. Su secuela, El Amanecer del Planeta de los Simios, donde Matt Reeves
tomaba el relevo como director, aún sintiéndose como transición mantenía el
nivel y creaba nuevos dilemas morales tanto en el bando de los simios como el
de los humanos. La historia evolucionaba y demandaba una tercera entrega en la
que ahora Reeves repite como director.
La Guerra del Planeta de los Simios ha cumplido con lo esperado, brindándonos una muy entretenida y digna continuación de la saga. Esto se debe en gran parte al desarrollo del
protagonista, el chimpancé César.
Cesar es un gran personaje. Un factor clave de ello es su
evolución constante a lo largo de las películas, ya que le hemos visto como un
líder revolucionario, como un soberano magnánimo y en esta entrega lo
contemplamos como una figura bíblica con espíritu de venganza.
Plantear estos conceptos (con simios) sin caer en el ridículo es
un gran mérito de Matt Reeves.
Solo Matt Reeves podría hacernos ver esta imagen plausible. |
La narración aunque peca de ser algo lenta y de recrearse en
algunas escenas largas, mantiene un tono adecuado, cada personaje que se
muestra tiene un conflicto interior bien llevado y los motivos de sus acciones
se justifican de buena manera.
Aunque esta película se llame
"La Guerra del Planeta de los Simios", no se trata de una película bélica
al uso. No hay mucho tiempo en
pantalla sobre las batallas, pero la acción que se muestra se realiza de manera
efectiva.
Y es que aquí la mayor guerra que se libra no es la física entre
humanos y simios, sino la lucha interior de César respecto a su empatía hacia
esos dos mundos a los que pertenece.
La película se respira como un western pero tiene continuos
homenajes al cine bélico donde se ve reminiscencias de "Salvar al Soldado
Ryan" o " La Gran Evasión”.
Es una película con mucha simbología, tiene referencias que
hacen alegoría a la historia del pueblo judío, los simios que son sirvientes de
los humanos van marcados con la palabra “Donkey” (burro, ¿referencia también a
Donkey Kong?), lo que recuerda a las insignias amarillas segregacionistas, los
campos de prisión de simios evocan los campos de concentración durante la
Europa nazi o la marcha de los simios por el desierto es una referencia al
famoso éxodo del pueblo judío en busca de la tierra prometida. De hecho, la
figura de Moisés se ve reflejada en César respecto a la relación con su pueblo,
que en esta película toma matices de mitología cristiana.
Pero ojo, no solo de chimpancés mesías o babuinos paganos tiene insinuaciones
este film. También cabe la crítica sociopolítica, alguna que otra pulla al
presidente Trump y su “muro” o varios guiños al cine clásico que harán las
delicias de los fans, como los famosos espantapájaros de la primera película con
Charlton Heston o el logotipo de los soldados Alfa y Omega que hacen referencia
a la bomba atómica de Regreso al Planeta de los Simios.
Andy Serkis como César está sublime como siempre, en esta
película el CGI dota de mayor realismo al simio y la interpretación de Serkis
le brinda un nuevo carácter humano al papel, un personaje que tiene dudas
emocionales o morales pero que es en esencia bondadoso.
El resto de simios lucen
espectacularmente fotorrealistas y con personalidades llamativas. Destacan el
tierno Maurice o el personaje nuevo Simio Malo (Steve Zahn), que aún tratándose
de un alivio cómico metido con calzador, cumple su función humorística.
Cuando lo ves en Ali Express. / Cuando te llega a casa. |
Woody Harrelson cumple como
villano. Aunque no te identifiques con sus formas, empatizas y entiendes el por
qué de sus acciones. Es uno de los puntos que más me gustan de esta película.
Empatizas con los dos bandos y comprendes sus decisiones. Y aun sin ser un
villano memorable, convence como personaje.
No hay mucha presencia femenina en esta película ya que la
mayoría de personajes con voz cantante, tanto simios como humanos, son masculinos.
Éste es, sin duda, un bache por corregir en esta saga, aunque cabe resaltar a la
niña humana Nova, interpretada por Amiah Miller, que tiene un buen uso y sirve
como catalizador para que tanto César como el resto de los simios recuerden el
lado bueno e inocente de los humanos.
La música compuesta por Michael Giacchino es emotiva y épica con algún
que otro homenaje al xilófono a la partitura del film del 68, pero no es tan
remarcable como otros trabajos míticos de este compositor.
En resumidas cuentas, La Guerra del Planeta de los Simios es una
película lenta, pero que te recompensa con unos conflictos y personajes
realmente logrados. Es una tercera parte muy bien llevada aunque no se sienta
como un broche final, sino como un cierre de una etapa que podría dar lugar a
nuevas historias. Parece que el pueblo
de César todavía tiene todo un planeta por recorrer y va a ser genial ser testigos de ello.
TRAILER:
Reseña realizada por: Jorge Soteras