Spider-man
es un personaje con un gran recorrido en diversos formatos.
Un superhéroe que
ha pasado por diferentes series de cómics, en las que cada guionista o dibujante
le ha dado un estilo propio pero siempre dentro de un patrón. Cierto es que hay excepciones en las que
Spider-Man ha ido por otros senderos, siendo un caballero medieval o un cerdo antropomórfico
de dibujos animados.
Pero el patrón por el que muchos de sus seguidores aman a
este personaje es por su filosofía de ensayo y error. Peter Parker es una persona como tú y como yo,
cuya vida le presenta una serie de obstáculos. Lo interesante es que cuando se enfunda la máscara de
Spider-man, aun pareciendo más poderoso e
inmune a estos problemas, sigue no solo teniéndolos sino que además se le multiplican.
Y es
que Spider-man, aunque reciba palizas de supervillanos o las pase canutas
para llegar a fin de mes, nunca se rinde, aprende de sus fallos y siempre está
dispuesto a dar la mejor versión de sí mismo. Este es uno de los motivos por el que la mayoría de lectores
adolescentes se identifican con este personaje: La forja constante de la identidad y aquello que podemos aspirar a ser.
Esta es
básicamente la premisa de Spider-Man: Homecoming, una película que sin ser 100%
fiel al canon del comic transmite fielmente su espíritu.
Antes
de nada, estamos ante un film del Universo Cinematográfico de Marvel, lo que
quiere decir que esta película va cortada (tanto para bien como para mal) por
un patrón impuesto, para que luego encaje como una pieza más en esta saga
episódica de películas.
No se
siente como la adaptación por antonomasia del personaje, sino más bien como un
spin-off de Los Vengadores. Esta película ya da por sentado que conocemos al
personaje y se ahorra conceptos de origen o establecimiento de relaciones.
Siendo
una adaptación de un personaje muy visto, le infla un soplo de aire fresco. Spider-Man: Homecoming es lo que tenía que haber sido The Amazing
Spider-Man en cuanto a contar una historia con distinto enfoque.
Es verdad que no es un calco exacto de los
cómics, algunos escenarios o personajes se retratan con cierto relavado de
imagen, pero la interacción entre ellos parece sacada de las viñetas.
Los
personajes tienen aspectos muy variopintos. Tom Holland como Spider-Man es
perfecto, sin más, otorga toda esa ternura y carisma que tiene Peter
Parker con mucha sutilidad. Holland con su actuación transmite que Peter
Parker es Spider-Man por su manera de moverse, cosa que en la saga de Raimi se
veía poco ortodoxa viéndose la
diferencia de Tobey Maguire con su doble especialista/CGI. Otro factor positivo es su química con Robert
Downey Jr, cuya relación de alumno y
mentor se siente muy dinámica.
Smells Like a Teen Spider |
Michael
Keaton hace muy efectivo su papel de
villano. Impone como Buitre, intimida con la mirada y aún así logras identificarte con los motivos del
personaje. Es un villano que destaca de
la media vista en el MCU , aunque sigue sin destacar como villano en sí.
El resto de roles son llevados de manera correcta aunque algunos personajes se sienten metidos con calzador. Se agradece la diversidad racial, algo que muy pocas películas de instituto reflejan y más siendo un instituto de Nueva York, pero hay una pequeña pega con los papeles femeninos. Marisa Tomei cumple, pero la escritura de su tia May hace que algunos individuos la aludan por su físico o su sexualidad. Otro fallo es la manera es que se retrata a Liz Allan (Laura Harrier) cuya personalidad inexistente solo se atisba dependiendo de lo que dicte la trama. Por no mencionar otro rol femenino cuya referencia es más perezosa que la vista con Joseph Gordon Levitt en El Caballero Oscuro: La Leyenda Renace.
En cuanto a la dirección hay aspectos tanto positivos como negativos. No se siente como una película comercial de autor pero tiene momentos muy memorables. Escenas muy acertadas que parecen hechas por Matthew Vaughn en Kick-Ass , en cuanto a estética callejera y cómica se refiere. Los gags están integrados de manera fluida. Muy memorable también la estética de los créditos finales, muy acorde a la personalidad adolescente del personaje y buen guiño a su mitología.
Tiene fallitos como algún salto de eje, ritmo desequilibrado o que veces el CGI del traje de Spider-Man cante mucho. Pero el fallo más notable sigue siendo uno que sigue arrastrando algunas películas de Marvel: la escala de colores.
Siendo
un personaje tan colorido como es Spider-Man, me da pena que la fotografía de
la película por el mero hecho de encajarla con el resto de entregas del Universo
Cinemátográfico Marvel, tenga unos
negros tan grises.
Apenas hay
saturación o contraste y algunos planos se sienten muy apagados en cuanto a graduación de color se refiere.
Por lo
demás Spider-Man: Homecoming es una muy entretenida entrega del trepamuros. Es
una película de presentación hecha con alma comiquera, inocente y divertida acorde al personaje. Es un buen pilar para que este personaje tenga
mucho que contar en entregas venideras.
TRAILER
Reseña realizada por: Jorge Soteras