CRÍTICA: The Cured (15 MUESTRA SYFY DE CINE FANTÁSTICO)



Este pasado fin de semana tuvo lugar en el Cine de la Prensa Madrid la decimoquinta edición de la Muestra de cine fantástico de Syfy, que cada año trae una selección de películas del género ciencia ficción aún no estrenadas en España, algunas de las cuales cuentan con un buen recorrido previo por diversos festivales cinematográficos internacionales.

Entre las películas más destacadas que trajo esta Muestra se incluyen, evidentemente, las películas que abrieron y cerraron este fin de semana sci-fi en Madrid. La inauguración corrió a cargo de la película Un pliegue en el tiempo, dirigida por Ava DuVernay (Selma, Enmienda XIII), que fue proyectada el jueves noche y al día siguiente era estrenada en los cines de toda España. Película que no ha obtenido buenas críticas en el fin de semana de su estreno pese a contar con un reparto muy destacable con nombres como Chris Pine, Oprah Winfrey o Reese Witherspon (primer trabajo tras su genial papel en la primera temporada de Big Little Lies), entre otros. 

Por contra, la película que cerró la Muestra con su pase del domingo noche fue Pacific Rim: Insurrección, película dirigida por Steven DeKnight (primera película tras producir y dirigir capítulos de series como Smalville o la más reciente Daredevil) que cuenta con John Boyega (Detroit, y las dos últimas entregas de la saga Star Wars) en su papel principal y que viene tras la anterior Pacific Rim, dirigida por el recientemente oscarizado director Guillermo del Toro. Otros títulos también sonados fueron How to talk to girls at parties (con Nicole Kidman), Mayhem (protagonizada por Steve Yeun, famoso por su papel de Glenn en la serie The Walking Dead) o I am not a witch, entre muchas otras.

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Una de las películas más interesantes que se pudieron visionar fue The Cured, ópera prima del director David Freyne, que se sitúa por primera vez frente a la dirección tras una larga experiencia previa en el mundo del cortometraje. Primera proyección de la cinta en España, y de la que de momento se  desconoce si tendrá un estreno comercial en salas españolas. Película irlandesa que llega a esta muestra tras haberse paseado por los festivales internacionales de Toronto (9 septiembre de 2017 con su estreno oficial), Londres o Estocolmo entre otros lugares, en los que ha dado que hablar en cierta medida.

The Cured se sitúa en un mundo en reconstrucción años después de sufrir una epidemia de un virus zombie que se llevó consigo a gran parte de la población, pero para el que se ha hallado una cura que da la posibilidad a los infectados de volver a la normalidad de forma casi completa. 

A "los curados", una vez superado el tratamiento, se les intentará reinsertar en la sociedad, algo que ciertos sectores de la población verán con malos ojos, teniendo que vivir prácticamente como parias (en la mayoría de casos) y pertenecer a un escalafón social inferior que el de los ciudadanos que no llegaron a ser infectados.

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En pocos minutos, la película crea una atmósfera y contexto perfectamente adecuados. Lo hace fácil (con la complicación que esto tiene). Se hace sorprendentemente sencillo entrar a entender la situación y las connotaciones existentes, así como las inquietudes e intranquilidades de cada grupo de personas dentro de esa sociedad. Los "curados" serán reinsertados tras haber superado la infección. A partir de aquí, volverán a una vida que nunca será igual a la que solían tener, por muy acomodada que esta fuera. Tendrán que desempeñar los trabajos que nadie quiere, y tendrán que vivir donde puedan (o les dejen) y todo esto con la desaprobación de un sector que no ve como buena la idea de que los que anteriormente estuvieran infectados (tras las atrocidades que, inconscientemente, cometieron) vuelvan a estar entre ellos. Los "curados" habrán perdido sus empleos, sus vidas, y hasta sus propios familiares renegarán de ellos. 

Y es aquí donde empieza la trama, con dos "curados" (Senan y Conor) encarnados por Sam Keeley (Operación Anthropoid, Un lugar donde quedarse) y Tom Vaughan-Lawlor (serie Peaky Blinders, Infiltrado) respectivamente, que vuelven tras superar la infección. Quien completará el reparto será Ellen Page (Origen, Juno) como Abbey, cuñada de Conor que perdió a su novio en el brote del virus que hubo años atrás.

Al trío actoral no se le puede poner ni un solo pero. Ellen Page (que también produce la película)  está absolutamente convincente, y en alguna que otra escena en la que se le exige algo más de la cuenta, defiende el papel solventemente. Sus dos compañeros de reparto están también a un muy buen nivel y a la altura en todo momento, siendo Sam Keeley quien toma el rol de auténtico protagonista de la película.

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Uno de los puntos más destacables es,  sin duda, la vuelta de tuerca que Freyne (también firma el guion) le da a la temática zombie. Muchas son las producciones de este género, pero no en muchas se puede ver un proceso de curación y recuperación de la humanidad de estos. Y traido por esto, otra cuestión a  recalcar es el tratamiento de la discriminación bajo la temática zombie, donde aquellos que han sufrido el virus son los apestados, a los que la sociedad quiere apartar. Esto es, en definitiva, el tratamiento de problemas sociales, algo que no se suele estilar en este tipo de producciones.

Quizá solo por eso ya se hace recomendado el visionado, pero no se queda ahí. Freyne crea una ambientación con la que imprime tintes oscuros a la trama (con momentos de alta tensión y ciertos sustos que en algún caso se sienten como bastante gratuitos e innecesarios)  y crea un clima incómodo entre ciertos personajes que irá en ascenso con el paso de los minutos hasta que se dé el (quizá necesario) estallido.

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Y  sorprendentemente, es ahí donde la película más pierde. En un último acto en el que la originalidad se queda en segundo plano (al ser una forma de cierre que cualquier título del estilo tiene, y que es hasta requerida por el espectador) y se toma la vía de la acción y del ritmo elevado que se mantiene hasta la conclusión.

The Cured no es una película de género zombi más. Se muestra tremendamente sólida y convincente y no deja de serlo durante sus casi cien minutos de metraje, algo que tiene mucho más valor teniendo en cuenta el intento (se puede decir que exitoso sin miedo a equivocarse) de hacer algo diferente en una temática en la que ya parece estar todo escrito.


Artículo realizado por Diego Senso.